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La genealogía de la moral, Nietzsche, trae a colación el
Don Quijote como ejemplo del antiguo sentido del humor venido a menos. Más o menos como esos chistes que escuchábamos de niños sobre enanos, accidentes, y otras crueldades graciosas que ya no se pueden decir. Hoy día, todos lo humoristas de más de 40 años la manifiestan: el sentido del humor se ha moralizado con lo políticamente correcto. La moral, esta cosa tan seria. Bien, pues Nietzsche decía 1887:
"Hoy leemos el
Don Quijote entero con un amargo sabor de boca, casi con dolor, pero a su autor y a los contemporáneos del mismo les pareceríamos con ello muy extraños, muy oscuros -con la mejor conciencia ellos lo leían como el más divertido de los libros y se reían con él casi hasta morir".
En su nota a pie de página (48) del traductor, se recoge un fragmento de Nietzsche de 1877. A la sazón tendría 33 años, aún es profesor de griego, y sus escritos se mueven en el equilibrio de las dos cámaras de temperatura. Aún no se muestra furibundo, ni demasiado literario, y sí un poco ilustrado. En esa época académica anota entre los defectos de los poetas el no atreverse a ensalzar (o criticar) lo que merece ser ensalzado, sino que más bien, escriben lo que a ellos, como artistas, les parece bueno. Y así dice:
"Cervantes habría podido combatir la Inquisición, más prefirió poner en ridículo a las víctimas de aquella, es decir, a los herejes e idealistas de toda especie. Tras una vida llena de desventuras y contrariedades, todavía encontró gusto en lanzar un capital ataque literario contra un falsa dirección del gusto de los lectores españoles: combatió las novelas de caballería... Cervantes forma parte de la decadencia de la cultura española, es una desgracia nacional. Yo opino que Cervantes despreciaba a los hombres, sin excluirse a sí mismo." Al final del párrafo, dejando abierta una duda a su propia interpretación, dice "si no es crueldad, es frialdad, es dureza de corazón".
La reflexión es interesante desde muchos lugares.
1º.- Evolución de Nietzsche: en 1877 muestra su incomodidad, demasiado afrancesada, de casi un pudor burgués. En 1887, en cambio, recuerda el
Don Quijote para explicar cómo la crueldad de ayer se espiritualiza hasta hoy. Nietzsche, a la contra y en los años previos a su derrumbe psíquico, se endurece, en sus mismas palabras "se hace más frío, más duro de corazón". ¿Seguía opinando lo mismo de Cervantes? ¿Seguía mostrando compasión por las víctimas de la Inquisición? Me atrevo a decir, que un poco menos, y que es posible que estuviera más próximo a Cervantes o al humor antiguo.
2º.- La concepción de Nietzsche sobre la España del siglo XVII es, para nosotros, españoles del siglo XXI, un tanto estereotipada. Hoy sabemos que la importancia que se le ha dado a la Inquisición es mucho mayor de la que tuvo realmente en su época. Además resulta curioso eso de considerar a Cervantes como una desgracia nacional. Se supone que para el Nietzsche de 1877, lo mejor que le podría pasar a España sería ser gobernada por Francia, como así fue, y sin embargo, no nos fue muy bien, la decadencia avanzó en su camino. Pero este probablemente es un asunto demasiado complejo.
3º.- Para quien haya leído a Cervantes, sabe que en sus escritos hay una mirada cariñosa hacia los jóvenes pobres, hacia las mujeres... Según Nietzsche, Cervantes debió hacer frente a la Inquisición. ¿Nietzsche hizo frente a Bismark? Es verdad, el de Röcken hizo muchos otros frentes, entre ellos a los socialistas y a los trabajadores. Tampoco parece muy acertado asignar a Cervantes un carácter de odio hacia los hombres ni siquiera hacia si mismo (más plausible hubiera sido respecto de Mateo Alemán, y aún así, sigue resultado demasiado atrevida tal apreciación). De hecho, el reproche parece evidenciar más del joven Nietzsche que del alcalaino. ¿Se sentía Nietzsche ofendido en su reformismo? ¿es soberbia de intelectual ilustrado?
4º.- Según Borges, Cervantes no ridiculizó los libros de caballería, sino que conociéndolos tan bien y habiéndolos disfrutado tanto, quiso rendirles un sentido homenaje.